sábado, marzo 25, 2006




No tuve tiempo para saludar el inicio de esta primavera que comienza lluviosa.
Y se merece un hueco especial esta promesa de paz, condensada en las flores regaladas de un amigo, en las treguas esperadas, en los diálogos que deben haber comenzado, en la esperanza de azules limpios cielos por los que se cuela un arco iris de felicidad del alma.

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